Propiedades alimentarias de las sandías
Las SANDÍAS , al igual que los melones, constituyen un alimento muy rico en vitamina A , en forma de carotenos. El caroteno principal de la sandía es el licopeno, que es el colorante que tiñe esta fruta de color rojo o rosado. El licopeno, un componente al cual deben su coloración roja los tomates, la coloración amarilla las papayas, etc. Es un componente con propiedades medicinales muy beneficiosas para el organismo, entre todas ellas la prevención de numerosos tipos de cánceres o la disminución del colesterol. Una vez ingerido, el organismo transforma el licopeno en vitamina A uno de los mejores antioxidantes. La ingestión de esta vitamina puede ayudar a prevenir muchas enfermedades y alargar la vida.
En mucha menos proporción, otra vitamina muy importante que contiene la sandía con propiedades antioxidantes es la vitamina C que, entre otras virtudes , ayuda a la formación del colágeno por lo que resulta ideal en la cicatrización de heridas producidas por traumatismos, cortes, quemaduras, cirugía. Igualmente resultará adecuada para la formación de nuevos tejidos en problemas de huesos rotos, distensiones musculares, rotura de ligamentos, etc.( Más información sobre las propiedades de esta vitamina)
Además de vitamina A, poseen cantidades bastante elevadas de vitaminas del grupo B. Entre todas cabe destacar la piridoxina ( vitamina B6) cuya función dentro del organismo en el aprovechamiento de los hidratos de carbono, grasas y proteínas es esencial además de regular el sistema nervioso. Una falta de esta vitamina puede producir, entre otros síntomas, nerviosismo, problemas de sueño, dificultad en el aprendizaje, o problemas de debilidad muscular. Contiene, además vitamina B3 ( Niacina) sin cuya presencia las células del organismo serían incapaces de producir energía. Esta vitamina ayuda a mantener los niveles bajos de colesterol, reduce la hipertensión, protege el aparato digestivo y nos permite tener la piel en buen estado.
Por lo tanto, aprovechar la riqueza vitamínica de las sandías es una buena manera de disponer de estas vitaminas de una forma natural,sin tener que recurrir a los complementos vitamínicos que pueden causar problemas por sobredosis.
Por su contenido en agua, si comemos sandía durante los meses estivales, calmaremos la sed, evitando la deshidratación y los problemas de calor, disfrutaremos de su dulzura y, lo que es más importante, conseguiremos reforzar las defensas del organismo frente a los productos contaminantes del exterior o las toxinas de nuestro propio organismo. Tampoco debemos olvidar que nuestra piel sufre muchas agresiones del exceso de radiación solar, del ambiento reseco de la playa, o de la falta de humedad durante esta estación. Los melones ayudaran a conservar la piel en buen estado y tener un cabello brillante y bonito, al mismo tiempo que nos protegerán de los rayos solares permitiéndonos lucir un bronceado más bonito y seguro.
No debemos olvidar la riqueza de las sandías en minerales, especialmente manganeso, necesario para la formación de los huesos, para el sistema nervioso y para aprovechar las proteínas. Se cree que la falta de este mineral conlleva al desinterés por el sexo. En este sentido esta fruta se consideraría como un buen afrodisíaco. Contiene bastante potasio que contrarresta el sodio y aumenta la micción por lo que permite eliminar agua sobrante del organismo.
¿ Diferencias entre la sandía y el melón?
diAunque la sandía y el melón son frutas pertenecientes a plantas diferentes, muchas veces se intenta comparar uno con otro. Incluso cuando aparecen en los supermercados hay la tendencia a colocarlos unos contra los otros como si fuesen hermanos. Más que hermanos, podríamos decir que son " primos " . Los dos pertenecen a la misma familia ( cucurbitáceas) pero a géneros diferentes ( Citrullus y Cucumis, respectivamente ). Este parentesco otorga a las plantas un parecido común y unas propiedades alimentarias muy similares.
Lo primero que la gente se pregunta es cual de ellos conviene más en regímenes de adelgazamiento. Normalmente se cree que la sandía tiene muchas menos calorías que el melón y, por lo tanto que engorda menos. Las diferencias son muy pequeñas. 100 g de melón cantalupo o Honeydew proporcionan 35 calorías, mientras 100 g de sandía proporcionan 32, lo que nos indica que tienen prácticamente las mismas.( Solamente hay una diferencia de poco más de 1 g en hidratos de carbono que posee el melón respecto a la sandia) Si tenemos en cuenta que el contenido en potasio de la sandía es prácticamente la mitad que en el melón, seguramente llegaremos a la conclusión que el melón puede ser mejor que la sandía en las dietas de las personas que quieran eliminar líquidos o perder peso.
Por otra parte la sandía contiene mucho menos sodio que el melón, por lo que será más útil para personas que deban tomas alimentos bajos en sal. La sandía es ideal para los hipertensos, y para todas las personas que necesitan un alimento con propiedades diuréticas: enfermos de artritis, gota, obesidad, diabetes, cálculos renales,o el colesterol, afecciones en las cuales la sandía ofrece propiedades aún superiores al melón.
En general, podemos decir que la sandía es menos mineralizante que el melón. Contiene mucha menos vitamina C, así que sus propiedades antioxidantes son menores que el melón. Su contenido en fósforo y en hierro es también más bajo. Posee menos fibra que el melón, aunque resulta adecuada para prevenir el estreñimiento.
Podemos calificar al melón y a la sandía como auténticos" snacks dulce bajos en calorías" si lo comparamos con otros alimentos dulces, como las galletas o el chocolate. Dar un trozo de estas frutas a los niños como merienda es una manera de revitalizarles y, al mismo tiempo, matar el antojo hacia los dulces. Las calorías proceden de los hidratos de carbono que proporcionan una energía más duradera que las grasas y con menos contraindicaciones. Esta misma propiedad resulta muy útil para calmar los antojos del embarazo, al tratarse de alimentos dulces , pero, al mismo tiempo, muy recomendados.
El melón y la sandía permiten mantener unos niveles estables de azúcar en la sangre que reducen la sensación de hambre y evitan que comamos otros alimentos menos adecuados. Esta condición los hace aconsejados en la alimentación de los diabéticos, siempre que se coman en la cantidad adecuada, aconsejada por el médico.
A pesar de todas sus propiedades, no conviene mezclar los dos en las mismas comidas porque son incompatibles entre ellos. Dado la riqueza de estos alimentos en potasio, especialmente el melón, no resultan adecuados para las personas con insuficiencia renal. Igualmente no deberían comerse como postre al final de las comidas, al menos en cantidades elevadas, porque, dada su riqueza en agua, neutralizan los ácidos digestivos y hacen las digestiones pesadas. Lo ideal es comerlos entre comidas.
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